No les ha pasado que
escuchan mil veces una canción que les gusta pero no le encuentran significado.
Hasta que un día, buscan la
letra, prestan atención a la melodía, la escuchan mil un veces y es entonces
cuando tiene un sentido especial.
A ver si con un ejemplo me
explico bien…
Hace dos años
aproximadamente dediqué la canción “Adore” de Paramore a una persona que era
muy pero muy especial para mí y que ahora no lo es más.
El caso es que, después de “terminar”
con esta persona, no podía escuchar ni cinco segundos la maldita canción porque
me ponía a llorar como una bebé, gracias a todos los recuerdos que me traía.
Pero poco a poco fui
escuchando esos cinco segundos sin llorar. Luego fueron diez, quince, veinte. La
mitad de la canción, tres cuartos… hasta que una noche la escuché completa y sin llorar.
Fue cuando decidí buscar la
letra de nuevo y ver el por qué me hacía llorar.
Vi un video de la
traducción, pero no me convenció del todo.
Creo yo que el problema de
la mayoría de las traducciones es que lo hacen muy literalmente. Si dice “Be
the one adore” traducen “ser el adorado” en lugar de
buscar un trasfondo de esas simples líneas y hacer una mejor traducción, aunque
no diga exactamente eso.
Bueno, el punto es que
encontré este maravilloso video y comprendí
que no había razones para llorar. Entendí que él tuvo la oportunidad y
no supo (o no quiso) aprovecharla. Y como dice la traducción, se fue de todas
formas…
Conclusiones…
- Antes de dedicar una canción piénsenlo dos veces, sobre todo si es una canción que les gusta mucho.
- Si ya la dedicaron y lloran por los rincones cada vez que la escuchan, busquen otro significado de la canción y aplíquenlo a ese momento por el que están pasando.
- Si aún no lo encuentran, no lo han buscado apropiadamente.
Que una mala experiencia no
les arruine toda su vida.
Que un recuerdo no te impida
escuchar una buena melodía.
¡Nos leemos!
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