jueves, 12 de febrero de 2015

Working Title…

Tarde lluviosa de otoño fue cuando todo ocurrió.

Los automóviles circulaban a toda velocidad, casi temiendo que unas pequeñas gotas de agua pudieran corroer el metal duro y frío.

Yo caminaba sin prisa, solo con la capucha de mi sudadera para protegerme. No me molesta la lluvia en absoluto, incluso es algo relajante para mí.

De pronto sentí unos pasos detrás. Parecía un andar delicado y tan pausado como el mío. Una mujer, sin duda.

La curiosidad fue más grande que el sentido común y repentinamente detuve mis pasos. Una esperanza desconocida surgió desde mi estómago hasta mi pecho y en menos de un minuto formé toda una escena de película:

La mujer se detiene, me volteo lentamente, nos miramos durante mucho tiempo, sus labios rojos se abren lentamente y pronuncian “te he estado esperando”; la sorpresa se refleja en mis ojos, damos un paso al mismo tiempo y es cuando viene el típico beso de cuento de hadas que a cualquiera dejaría sin respiración.

“¿Pero qué tonterías dices José?” me reproché mentalmente. La mujer no sabe que existo, es imposible que ella… y tarde me doy cuenta que sus pasos chiquitos se había detenido junto con los míos.

Con la esperanza renovada di la vuelta enseguida. En efecto, mi escena de película se estaba haciendo realidad…

Nos miramos lo que parecieron horas, sus labios se abrieron –y sí, eran rojos-, pronunció lenta y pausadamente… “¿esta es la avenida Soledad?”.

Mi corazón dio un vuelco, salió de mi pecho y cayó a mis pies. Observé como su constante bombeo se ralentizaba.


Con un susurro respondía a la mujer, que muy sonriente me dio las gracias. Los pasitos siguieron andando hacia el Norte. Mis pies patearon mi corazón hacia el Sur. 
Leonid Afremov
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¡Hola! 
Escrito hecho en mi clase de Perfil Humanista el año pasado, ni idea de que día xD
La maestra nos mostró la imagen de arriba y teníamos que escribir algo.
¡Nos leemos!