domingo, 17 de agosto de 2014

Serenatas y rompimientos...

No les ha pasado que escuchan mil veces una canción que les gusta pero no le encuentran significado.

Hasta que un día, buscan la letra, prestan atención a la melodía, la escuchan mil un veces y es entonces cuando tiene un sentido especial.

A ver si con un ejemplo me explico bien…

Hace dos años aproximadamente dediqué la canción “Adore” de Paramore a una persona que era muy pero muy especial para mí y que ahora no lo es más.

El caso es que, después de “terminar” con esta persona, no podía escuchar ni cinco segundos la maldita canción porque me ponía a llorar como una bebé, gracias a todos los recuerdos que me traía.

Pero poco a poco fui escuchando esos cinco segundos sin llorar. Luego fueron diez, quince, veinte. La mitad de la canción, tres cuartos… hasta que una noche la escuché completa y sin llorar.

Fue cuando decidí buscar la letra de nuevo y ver el por qué me hacía llorar.

Vi un video de la traducción, pero no me convenció del todo.

Creo yo que el problema de la mayoría de las traducciones es que lo hacen muy literalmente. Si dice “Be the one adore” traducen “ser el adorado” en lugar de buscar un trasfondo de esas simples líneas y hacer una mejor traducción, aunque no diga exactamente eso.

Bueno, el punto es que encontré este maravilloso video y comprendí  que no había razones para llorar. Entendí que él tuvo la oportunidad y no supo (o no quiso) aprovecharla. Y como dice la traducción, se fue de todas formas…


Conclusiones…
  • Antes de dedicar una canción piénsenlo dos veces, sobre todo si es una canción que les gusta mucho.
  • Si ya la dedicaron y lloran por los rincones cada vez que la escuchan, busquen otro significado de la canción y aplíquenlo a ese momento por el que están pasando.
  • Si aún no lo encuentran, no lo han buscado apropiadamente.

Que una mala experiencia no les arruine toda su vida.


Que un recuerdo no te impida escuchar una buena melodía. 

¡Nos leemos! 

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